La murmuración es una actividad humana que radica en hablar de alguien o algo, tan bien como mal, aunque generalmente de forma desfavorable, sin que la persona en cuestión esté presente. Algunos sinónimos de murmuración son habladuría, comadreo, rumor, chisme o cotilleo, siendo este último del ámbito coloquial. Características[editar] Tal actividad puede consistir en: La indiscreción, para casos de menor importancia. (Para casos de consideración, se podría tener en cuenta en el tema del espionaje). El vicio de escuchar y difundir comentarios, por considerarse propia de cotillas. La actividad, propiedad de las denominadas prensa del corazón (prensa rosa) y prensa sensacionalista (prensa amarilla), que frecuenta considerarse impropia del periodismo desde el criterio de la ética periodística. Suelen ser "rumores sobre rumores" de una información privada. La murmuración frecuenta tener un tono negativo. Además, la persona no está presente; esto provoca que no pueda testificar sobre la falsedad o veracidad de lo que dicen. Cuando las historias van de boca en boca, toda una vida (consciente o inconscientemente), ha habido una inclinación a cambiar las cosas. Un rumor puede acabar, en última instancia, demoliendo reputaciones. Tiende la mayor parte de las veces a exagerar o adornar bastante la verdad. Los sucesos que se cuentan generalmente no se han comprobado. En muchas culturas antiguas las murmuraciones fueron consideradas como repugnantes o impropias. Puede resultar un arma de doble filo, ya que cuando la información en cuestión es desfavorable a sus protagonistas y, aun se hace entender, la misma podría crear algunas adversidades y problemas difíciles de solucionar. Puede ser usada como base promocional o industria de consumo, el ejemplo más claro es en la industria del show. Algunos investigadores, como Ralph Rosnow, Jack Levin y Nigel Nicholson, hicieron largos estudios sobre el chisme, y han llegado a la conclusión de que sin su incursión, la sociedad no hubiera existido. Las denominaciones periodismo del corazón, prensa rosa, crónica rosa, y las antiguas de ecos de sociedad o crónica de salones1 o chismes de la farándula (del inglés gossip traducido como chisme) reciben al periodismo destinado a reportar sobre la vida de las celebridades y la farándula, en relación del país y área en cuestión (socialite, artistas o concursos reality). Con cierta relación de la cultura popular o sensacionalista, carece de interés político y es utilizado con fines de mercadotecnia o excentricidad. Características[editar] En su origen, las crónicas de salones podían consistir solamente en una enumeración somera de cortos párrafos con escuetas noticias de la clase alta, pero en otras ocasiones su preparación se mostraba con cierto humor e ironía o se presentaba con gran electrónico fotográfico.3 generalmente, como apunta Francisco Villacorta, Su alegato está construido desde una sintaxis elemental tras la que se vela una cuidadosa discriminación de posiciones y estereotipos sociales. Un discurso jerarquizado de la presencia y de la calificación ingeniosa y elegante: un nombre al lado de la calificación de un ámbito y de una toilette de moda, de una cualidad física o de una propiedad del ingenio; una cotilleo sumaria sintaxis para el extraordinario efecto de organizar o ratificar jerárquicamente las piezas de todo el mundo aparencial creado y para restituirle permanentemente su actualidad, como fenómeno de opinión pública en el marco de la representación popular.4 actualmente, priman más que nada los contenidos que tienen una alta carga emocional y que están relacionados con las mujeres, los galanes en medios masivos. En periódicos o revistas están centrados en un público femenino, y su propósito no es tanto informar como conmover o emocionar. Los elementos varían de acuerdo a su trasmisión, de la misma forma que se expone a continuación: la gente enfocadas en el medio son llamados individuos del corazón o irrespetuosamente nombrados como Figuretti;5 constituyen la realeza, la aristocracia, los actores, los cantantes, los deportistas, los presentadores de televisión, las modelos, los relaciones públicas, los concursantes, entre otros. Una de las selecciones son las entrevistas, donde pueden dar bajo consentimiento del entusiasmado, donde, en casos extremos, tuvieron cierta cobertura ficticia sobre las celebridades.6 Las fotografías (o videos en medios digitales) son las más se resaltan, tiene todo el espacio a todo color. Su finalidad debe ver con la farándula y la tendencia de hoy. así el periodista ofrece una perspectiva extensa y costumbre del mundo habitual así como el personaje. Otros casos como los paparazzi hacen tomas ocultas, similares con rumores sentimentales o familiares. Con el temor de ser demandados por difamación, están sujetos a las leyes de privacidad por país. Los temas mencionado tienen la posibilidad de cambiar con el fenómeno vedetismo: falsos divorcios, embarazos, hijos y eventos. Estas carecen de todo código deontológico, inclusive se atreven a espiar con medios electrónicos los teléfonos de los conocidos. En medios de farándula por televisión, hay los llamados opinólogos. Con cierta similitud a un panelista, son personas que ceden su opinión a favor o en oposición a un caso, sin importar su condición o peculiaridad.